top of page

18/11/20

Larga vida a la inclusión

La comunidad de Bizitegi acompaña a personas en exclusión social y conciencia al mundo de que todos somos iguales

Naia Cobos 
DSC_0171_edited_edited.jpg

Cuando T.G salió de prisión tras un largo recorrido en la cárcel por diferentes delitos tenía un deterioro cognitivo que le impedía valerse por sí mismo en la vida diaria. Hoy, siete años después de acudir a la asociación Bizitegi en Otxarkoaga, T.G. está recibiendo la ayuda necesaria para realizar actividades cotidianas y el apoyo de una comunidad que le trata de igual a igual. 

 

‘’Recuerdo que lo que más me costaba era encender la luz de las habitaciones, eso lo he llevado fatal. En la cárcel nunca tenía que hacerlo,

porque allí nos las encendían y apagaban”, dice T.G,

que prefiere omitir su nombre. En Bizitegi, respetan el

ritmo de estas personas, trabajan la frustración y poco a

poco ayudan a esas personas en su rehabilitación e

inclusión.

 

Bizitegi, nace en el barrio de Otxarkoaga, en el seno

de la comunidad de los capuchinos. Sonia Gorbeña,

Responsable de la Unidad de Intervención en la

Asociación Bizitegi afirma que, el primer Bizitegi

surgió de una forma muy bonita. Nació de la ayuda

que los capuchinos brindaron a personas que estaban en riesgo de exclusión social por problemas de salud mental, de prisión, drogadicción, alcoholismo y sin hogar, entre otros. 

 

En esta asociación, trabajan para combatir uno de los problemas que hoy en día sigue afectando a nuestra sociedad. Es una entidad con diferentes centros de día en los que realizan actividades de rehabilitación cognitiva para fomentar lo que necesitan las personas usuarias en su vida cotidiana. ‘‘A este centro, por ejemplo, vienen las personas con mayor deterioro cognitivo’’ cuenta Maite Velasco, educadora social de Bizitegi. Trabajan funciones ejecutivas, intentando que estas tengan una relación con la vida diaria. Por ejemplo, si van a hacer alguna excursión, piensan que transporte público tienen que coger. Si van a celebrar un cumpleaños, piensan a quién invitar, qué tienen que preparar y qué es lo que hay que comprar, asimismo, cuánto dinero se necesitaría para ello. 


 

Bizitegi, es una entidad de fondo. Una entidad a la que llegan personas que ya han pasado por otros centros y han tocado fondo. Las personas trabajadoras de esta asociación, se topan con la exclusión real, con personas que no tienen a nadie ni por delante, ni por detrás. Gente que, en algunos casos, no tiene nada de contacto familiar. Personas totalmente destrozadas y que no tienen a nadie más que a la propia asociación. Sonia, cuenta que, ella,  acompañó  a una persona joven recién salida del hospital, de 24 años, que venía de un caserío y que ni siquiera sabía abrir la puerta de casa.

 

Estudios de EAPN (European Anti Poverty Network) revelan que en los últimos años solo en España 12,3 millones de personas (26,1% de la población) se encuentran en exclusión social. La exclusión social, es la falta de participación de segmentos de la población en la vida cultural, económica y social de sus respectivas sociedades debido a la carencia de los derechos, recursos y capacidades básicas que hacen posible una participación social plena.  

 

Otxarkoaga, por su parte, fue un barrio bastante problemático en sus principios, en cuanto a exclusión, a problemas de salud mental y a droga. Era un barrio en el que había mucho tráfico, pero las cosas han cambiado y mejorado mucho en los últimos años. Otxarkoaga ha evolucionado. En cuanto a los beneficios que Bizitegi ha traído al barrio, la diversidad y normalidad son algunos de ellos. ‘’Somos una asociación que normaliza el barrio’’ afirma Rosa María Dehesa, responsable en servicios generales de la Asociación. Por otro lado, Sonia Gorbeña, ‘’Yo me atrevo a decir que junto con otras personas también, somos una cara amable del barrio. Me siento súper a gusto de venir a trabajar a Otxarkoaga. De hecho, yo he vivido aquí. Para mi es una experiencia de barrio real. El barrio ha cambiado mucho’’. 

 

Es difícil compararse con otras asociaciones y más cuando normalmente todas las que son de este ámbito educacional hacen tanto bien a esta nuestra sociedad. Lo cierto es que Bizitegi tiene algo especial. Cuentan sus trabajadores y trabajadoras que lo que ellos sienten que les diferencia de otras asociaciones es la parte de relación que tienen con sus personas usuarias, que es una relación de igual a igual. Nadie es ni más ni menos que nadie. Todos son iguales. Maite Velasco, cuenta que en otra asociación que conoció, tenían todo muy diferenciado, los usuarios no dejaban de ser pacientes. Tenían comedor para pacientes y comedor para trabajadores. ‘‘En Bizitegi, sin embargo, comemos todos juntos y utilizamos la misma cubertería y vajilla. Al final, si nuestro principal trabajo es que la sociedad sea inclusiva, tenemos que empezar por nosotros mismos’’, concluía Maite. Y es que eso es lo que les hace diferentes, que en esta asociación, todos son Bizitegi. 

DSC_0164edit_edited.jpg

Centro de día de Bizitegi

La casa roja de los capuchinos

B805D086-D42F-4D0E-BC4F-7535321C6AC4%20e

El banco de la reflexión de Bizitegi 

bottom of page