El centro formativo de Otxarkoaga ha sido seleccionado por la Agencia Vasca de Innovación Innobasque como una de las propuestas innovadoras para su programa Global Innovation Day 2020. El centro formativo ofrece a los menores extranjeros no acompañados (MENAS), que tras cumplir 18 años no tienen donde ir, una alternativa educacional y habitacional.

​

La gala se celebró el pasado 2 de noviembre en Musikene Donostia. El evento reconoció la labor de aquellas asociaciones que han sido capaces de innovar para salir reforzados y afrontar los retos que esta crisis ha planteado.

​

Alfa Hogar, Cáritas Bizkaia, el Centro Formativo Otxarkoaga, el restaurante Akelarre y la SDA Factory han sido las cinco asociaciones reconocidas entre más de cien. Con este acto inaugurado por el Lehendakari, Iñigo Urkullu, comenzó la XX Semana de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.

​

El proyecto del Centro Formativo Otxarkoaga es un modelo de innovación social y educativa, un ejemplo de integración por medio del empleo de los menores acompañados tutelados por la Diputación Foral de Bizkaia. Gracias al programa Auzobizi, 250 chicos y chicas continúan su proceso formativo a pesar de haber cumplido los 18 años, evitando así que caigan en la marginalidad.

​

Tal y como indica Xabier Rastrero, jefe de estudios del centro, hay un momento en el que los MENAS (menores extranjeros no acompañados) pasan a ser JENAS (Joven Extranjero no Acompañado). “En ese momento en el que cumplen 18 años, se quedan en la calle porque les echan de los pisos tutelados de diputación”, señala.

​

Desde el Centro Formativo se dieron cuenta que estos alumnos llegaban a clase en condiciones deplorables: mojados, sucios, se dormían en el aula y no tenían ganas de hacer nada. Todo ello era consecuencia de haber pasado la noche en la calle. Fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que algo debían hacer. En colaboración con otros agentes del barrio, como por ejemplo el obispado, les ofrecieron sus instalaciones donde se podía acoger a estos chicos. Allí se les proporciona una habitación, además de servicio de comedor y transporte con el fin de que no estén en la calle. “Ahora mismo el obispado nos ofrece dos instalaciones que tienen capacidad para albergar a unos 40 chavales”, señala Rastrero.

​

El programa Auzobizi, además de facilitarles un hogar, les da acompañamiento, educadores y monitores, que como indica Rastrero muchas veces es más importante que lo material.

​

El objetivo del centro es que sigan con sus estudios para que consigan cuanto antes la independencia. Además, este tipo de chicos responde muy bien al perfil que hoy en día necesita la industria 4.0 de este país. Este tipo de perfil se caracteriza por adaptarse rápidamente a los cambios y por manejar con soltura las nuevas tecnologías.